Nené: El rey de la Boccia
- Yanyi
- 22 abr 2015
- 5 Min. de lectura
“¡Uy nene! Tenemos nuevo carrito, felicitaciones”, — “pero como hemos progresado José Luis”— “¡subimos de estrato carajo!”—“¿Cuándo me lleva a dar una vueltica?” estas eran unas de las frases que escuchaba José Luis cuando de ambulaba por las calles del municipio de Aipe en su nueva silla de ruedas eléctrica. Todos los habitantes del pueblo querían saludarlo y felicitarlo.
José Luis Torres Bermeo es el nombre de uno de los mayores orgullos de nuestro municipio. En Aipe como en todo pueblo, las personas se reconocen más por su “apodo” que por su propio nombre, nené es el de José Luis, él es un joven de 23 años, edad que se refleja en su cédula y no en su aspecto físico, pues cuando apenas era un bebé de cuatro meses sufrió una terrible enfermedad llamada Meningitis, este padecimiento le causó parálisis cerebral, dejándolo con una serie de dificultades al nivel cognitivo y motor, atándolo a una silla de ruedas de por vida. Al cumplir su primer añito, nené tuvo que ser intervenido quirúrgicamente debido a un soplo que tenía en uno de sus pulmones, cirugía de la que salió muy bien librado.
Criado en una vivienda bastante humilde, como la mayoría de los hogares colombianos, con muchas insuficiencias económicas, pero con con mucho amor, con el que llenaban estas carencias; hijo de la señora Rubiela Bermeo, madre soltera, quien con esfuerzo ha levantado a sus seis hijos, José es uno de los mayores, el segundo entre sus hermanos.
Recuerdo que la familia Bermeo siempre ha vivido en el barrio San Martín. Han sido mis vecinos toda la vida. Desde mi casa podía ver pasar por las calles del barrio a José Luis, paseándose o haciendo los tan conocidos mandados, saludando a las personas con las que se topaba, yendo de un lugar a otro en su vieja silla de ruedas, me causaba un poco de angustia por decirlo de esa manera, cuando veía el esfuerzo físico que hacía por mover su silla, pero a la vez me llenaba de admiración al ver la berraquera de nené, “éste chino es un duro”, decía.
Su niñez fue tranquila, pero no muy común, dada a su condición, su proceso de aprendizaje escolar lo realizó en el Centro para la Formación de Niños con Capacidades Especiales, CAINDA, allí no solo aprendió aspectos en el ámbito escolar, sino también lo ayudaron en su proceso de rehabilitación motora, esta institución en el año 2005 lo llevó a la ciudad de Neiva a ser parte de los juegos departamentales para personas en condición de discapacidad, a este primer encuentro deportivo, José Luis iría a participar en fútbol, pero fue allí donde descubrió el profesor Noé Sepúlveda que José Luis tenía un don especial en el dominio de la boccia, ni siquiera él sabía de su destreza y mucho menos de la existencia de este deporte. Para los que no conocen, --La boccia, es un juego que está compuesto por 6 bolas rojas ,6 bolas azules y una blanca o bola diana. Los deportistas deben lanzar las bolas de colores cada uno con un color, con el propósito de tocar o quedar muy cerca de la blanca que es la que da mayores puntos. Originalmente fue diseñado para ser jugado por personas con parálisis cerebral, pero ahora incluye a los deportistas con otras discapacidades graves que afectan a las habilidades motoras--
Nené, nunca llegó a pensar que este nuevo deporte en el que estaba incursionando y descubriendo sus grandes dotes, le daría un gran giro a su vida. De ahí en adelante su carrera empezó a despegar. Se hizo miembro del club Juanjo Sport, quién lo entrenaría y lo llevaría a participar en diferentes competencias a nivel nacional.
Desde entonces todos los lunes, la señora Rubiela lleva a su hijo al terminalito de Aipe, y con la ayuda del conductor suben a José Luis al microbús que lo trasladaría a Neiva, en donde una de sus entrenadoras lo espera para así empezar el proceso de preparación, en eso se convirtió el día a día de Nené, en viajes y ensayos, todos los santos días sin falla alguna.
Haciendo memoria, que por cierto tiene una muy buena, incluso mejor que la de su mamá, José Luis me decía con mucho esfuerzo para pronunciar palabra alguna, que una de sus primeras participaciones la realizó en la ciudad de Cali, acompañado de 8 deportistas de Neiva, representando su municipio, Aipe, aquí ocupo el 2do lugar, pero allí no pararía la cosa, siguió viajando por diferentes escenarios del país, como lo fueron Medellín, Bogotá, Cartagena, Cúcuta, siempre ocupando los primeros lugares, catalogándose como el mejor jugador de boccia del Huila, deporte en el que ha ganado 18 medallas, entre oro y plata. El escucharlo con mucha atención me llenaba de gozo, ya que mientras iba hablando sentía que lo hacía con inmenso orgullo de sí mismo, la felicidad relucida en sus ojos, en su inocente mirada, reflejaba que toda su dedicación y disciplina habían tenido una gran remuneración. Nené, se había convertido en ejemplo a seguir, no solo por sus hermanos, también por un pueblo, demostrando que las limitaciones no existen.
La entonces gobernadora del departamento Cielo González, en el año 2010, a manera de exaltar la labor deportiva de José Luis y de otros deportistas huilenses, hace entrega del premio Huilense de Oro, considerado como el mayor reconocimiento que se hace en el Huila a deportistas; junto al galardón le hicieron entrega de un cheque por $5’667.000.oo (cinco millones seiscientos sesenta y siete pesos) como estímulo por su desempeño deportivo.
En agosto de 2013 nené participó en la competencia más importante de toda su carrera, se trata de la Copa América de Boccia que se realizó en Kansas, Estados Unidos. “él iba ganando, le ganó al cuarto campeón mundial, pero después lo barrió un chichipato, porque él se distrajo y entonces perdió,-le dijeron allá- después que mató el tigre, se asustó con él cuero” y aunque la señora Rubiela no acompañó a José Luis a este viaje, (de hecho nunca lo ha acompañado a las otras competencias), desde aquí siempre rogó a Dios por su hijo, para que le diera la fortaleza y destreza para así lograr traer una medalla para nuestro país, lastimosamente Nené no consiguió traerse alguna, pero no cabe duda de que hizo un excelente papel, lo más importante es que José Luis disfrutó, conoció y vivió nuevas experiencias jamás imaginadas, le pregunté: ¿Nené, que tal Kansas?--- y me dijo: ¡chévere!, eso se lo entendí perfectamente, y veía en su rostro esa gran sonrisa que siempre lo ha caracterizado.
Ya en Colombia, José Luis retoma sus actividades diarias, las de seguir preparándose para conseguir nuevos triunfos que sigan enalteciendo el nombre de nuestro departamento y de nuestro país: ¡ah! y seguir paseándose por las calles de pueblo formando “trancones ”con su hermosa silla de ruedas eléctrica, silla que le hizo entrega la primera dama del municipio, quien haciendo diversas actividades con sus amigos y colaboradores, recogió fondos y logró obsequiarle al rey de la boccia su merecido trono.
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