¡Tocar fondo!

Tenía mil temas en la cabeza para escribir en el día de hoy, pero al despertar y sentir que lo único que de verdad deseaba hacer con todo el corazón era quedarme acostada en la cama hibernando por al menos unos tres días, sin tener contacto alguno con nadie; me dije: ¡Mierda! ¿Qué te está pasando? ¿Así de desesperada te tiene la vida? ¡Reevalúa! Ahí decidí que sobre esto es que quería y necesitaba escribir.

Una de las particularidades que encierra el ser humanos, es precisamente eso, somos sujetos que estamos en constante cambio, sujetos que a diario debemos enfrentarnos a infinitas cosas, a ver distintas personas y a sopesar todos los retos que la vida nos va poniendo.

Sin embargo, y a pesar de todo ello, solemos acumular, dejar pasar cosas sin tramitarlas, cargarnos todos los días, no solo de nuestras situaciones y problemas, sino también, con las de las demás personas. Esto hace que llegue un día en que nos sintamos disminuidas por completo, como si hubiésemos bajado hacia el fondo del mar, en donde ya no podemos seguir bajando ni moviéndonos para ningún lado.

Y es allí, justo en ese momento, en donde tenemos dos opciones, o quedarnos ahí y olvidar que somos vida, o comenzar a subir hacia la superficie y reinventarnos, transformarnos como lo hace la oruga cuando llega a mariposa. Y así, fue que decidí irme por la opción dos, comencé a evaluar cada una de las situaciones que me estaban pasando en ese preciso instante ¿qué hacía que yo quisiera perderme del mundo por unos días?.

Comencé haciendo una lista para luego poder analizar qué de eso me hacía feliz, qué disfrutaba hacer, qué me traía más preocupaciones que alegrías, qué me producía miedo, en fin… luego, comencé a tomar decisiones, a soltar cosas, a desamarrarme de esos lazos que me ataban al aburrimiento y tristezas, prioricé en mí, en mi bienestar y en mi felicidad. continúo en ese proceso, me ha costado, pero cada momento y cada paso que voy dando, me hace sentir más suelta, más enérgica, más viva.

Lo bueno de tocar fondo, es que a veces es lo único que nos permite tomar aliento para decidir salir y llegar a la orilla. Flotar.