Muy lindo y todo, pero ¡paso!
- El Bloh
- 30 jul 2019
- 3 Min. de lectura

Conocí a un chu-rro-te ¡sí! de esos tipos que cuando ves te llaman la atención rápidamente, un ‘caribonito’, como dicen por ahí, -o bueno, como digo yo-; de los que aseguro no me llaman la atención porque soy una experta fijándome en personas no tan lindas físicamente, porque siempre ando pensando que esos son más inteligentes.
El man físicamente es el prototipo que muchas mujeres desean tener, el que está de moda. Además más de su rostro y cuerpo, me llamaba muchísimo la atención su gusto musical, siempre había querido tener algo con un chico al que le gustara lo que yo escucho y que como pasó, me enseñara mucho más de mis géneros favoritos, artistas y canciones que desconocía. Además, también era inteligente y muy bueno para debatir, pasábamos horas hablando sobre temas religiosos, políticos, morales, etc, ¡de todo!
Este chico era bastante cariñoso cuando estábamos juntos, disfrutaba mucho sus abrazos y besos, su aroma me fascinaba, estaba tan encantada con él. Pero, como no todo puede ser tan bello, había aspectos de su personalidad que me desanimaban un poco, sentía que éramos muy diferentes, él, demasiado introvertido y yo, bastante extrovertida; sin embargo, me consolaba con eso que dicen sobre que los polos apuestos se atraen. Había escuchado decir que las parejas deben encontrar un equilibrio y complementarse mutuamente, para un cuerdo debía haber una loca y me convencí de ello para intentar acoplarme con él. Y es que, qué mamera dos personas iguales, chévere encontrar a alguien distinto a ti con el que puedas vivir experiencias nuevas.
En fin, pasaron unos cuantos meses y ese encanto que tenía iba desapareciendo, empecé a conocerlo mejor y a darme cuenta que lo de los polos opuestos es pura paja, creo que eso de las diferencias se debe más a aspectos de gustos y vainas superficiales, porque yendo más al ser como tal, es bastante complicado compaginar con alguien muy distinto, tanto así que en ocasiones llegas al punto de cohibirte, hacer cosas que ni siquiera te gusten, sentirte incómodo y aburrirte.
Desde el principio este man era bastante tímido y callado, fue muy difícil entablar una conversación con él, pero como soy tan habladora, me las ingeniaba para sacarle tema; luego noté que era muy complicado, negativo, indeciso, inseguro y hasta medio cobarde, me refiero en temas de aventurarse a probar algo nuevo.
Hablando de personalidades, éramos todo lo opuesto el uno al otro, nunca estábamos de acuerdo en nada, los debates se convirtieron en discusiones, se las daba de sincero, pero en realidad era bastante indiscreto y a pesar que en persona era muy cariñoso, -a solas-, por chat y llamadas era frío, seco y tosco, sentía que al tipo solo le importaba él, además llegué hasta a pensar que trataba de ocultar sus sentimientos, fueran cuales fueran.
A mí me encanta hacer reír y que me hagan reír, pero este man ni siquiera entendía en sarcasmo o indirectas, ¡eso me desesperaba! todo debía explicárselo para que no lo tomara a mal o pensara cosas que no eran, cualquier comentario bobo lo tomaba literal y personal, ¡qué estrés! y se enojaba.
Siempre dejé pasar por alto todo esto simplemente por el hecho que el man estaba lindo, pero luego comprendí que no todo es belleza, que los feos en los que me he fijado han tenido personalidades con las que compagino mejor y eso me ha valido más que una cara bonita. ¡Donde una no encaja, no encaja! y no se puede forzar nada, por más que se quiera o que te llame la atención, la atracción mental y emocional es muchísimo más fuerte e importante que la física.
Un día, simplemente le dije “creo que es mejor dejar aquí, antes que te coja fastidio” creo que se molestó y desde esa vez, ni siquiera un ¡hola!.
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