¡No quiero ser mamá!
- El Bloh
- 21 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Tengo una sobrina de tan solo diez meses de nacida,
la amo demasiado y precisamente hace unos días tuve la posibilidad de compartir un día con ella. Siempre la veo muy poco, quizás un día, máximo dos. La consiento un rato, la cargo, y apenas muestra un poquito de indiferencia o llora, o hace popó, ya quiero entregarla a sus padres para que se hagan cargo de ella.
El fin de semana pasado fuimos a almorzar, y luego de terminar decidí cargarla en mis brazos para salir del lugar, resulta que su pañal se desacomodó, y literal quedé ‘vuelta mierda’, el lugar no contaba con un sitio propio para cambiarla y tuvimos que cruzar en frente hasta ubicar un baño, pero en ese tampoco había el espacio y tuvimos que buscar otro, hasta que logramos encontrar uno que no era el apropiado, pero que permitía hacerlo.
Superada esa etapa, fuimos al centro de la ciudad a comprar algunas cosas, por supuesto había que tenerla en los brazos y al mismo tiempo intentar comprar algo, eso fue casi imposible. Al final del día mi brazo dolía demasiado, tanto que ni siquiera podía dormir bien.
Todo esto, para contar que a nosotras las chicas nos han dicho desde siempre que ser mamá es lo más bello del mundo, sin desconocer que para muchas mujeres lo es, y es totalmente válido. Pero también es válido NO ser mamá, renunciar a ese tipo de vida que se supone debemos cargar siempre las mujeres.
Desde pequeñas nos forman para serlo, cuando nuestros papás deciden comprarnos muñecas, y en los comerciales de televisión nos venden una idea demasiado romántica del ser madres, nos dicen que los bebés ríen todo el tiempo, que son muy divertidos, que siempre están limpios, entre mil otras cosas. Pero nunca nos dicen lo que significa para una mujer tenerlo,además de todas esas cosas bellas, también las trasnochas, las enfermedades, la atención y dedicación total de tiempo, el sacrificar nuestra vida profesional en muchas ocasiones, sobre todo cuando no es común encontrar paternidades responsables, que asuman lo que les corresponde.
Quien decida parir o ser madre, que lo haga, me parece genial, porque es una de las formas que existen para vivir la vida, pero en mi caso, quiero renunciar a parir, quiero llevar otro tipo de vida y también quiero que quienes decidan hacerlo, encuentren apoyo y no rechazo. No quiero escuchar más que seré una mujer incompleta por no continuar reproduciéndome como especie. Esto es lo más responsable que hoy puedo ofrecerle a mi sobrina, porque sé que eso le permitirá tener otras posibilidades en la vida, y también es un regalo que le decido hacerle al planeta. Hoy, parte de la invitación es a desromantizar la maternidad.
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