Mi amigo salió del closet ¡qué orgullo!
- El Bloh
- 29 may 2019
- 3 Min. de lectura
¿Será que es gay? ¿bisexual? ¿hetero? Fueron las preguntas que me hice cuando lo vi, y no solo yo, también muchos que lo conocían. Desde el primer día que empecé a acercarme a él noté ciertos ‘comportamientos’ -y sí, puede que suena feo eso de los estereotipos, pero así lo sentíamos- que me hacían creer que su orientación sexual era diferente.

Luego de un tiempo tomaron un poco más de fuerza esas conjeturas y con ellas el lazo amistoso también fue creciendo. La verdad no me importaba sus gustos sexuales, creo que a nadie le debería de incumbirle eso de una persona, pero lo que sí me ponía pensativa con respecto a él, era el saber que este chico debía ocultar su personalidad por temor al señalamiento, tanto de su familia, amigos y la gente del común, porque lastimosamente vivimos en una sociedad moralista, llena de prejuicios, machista y obviamente homofóbica.
Muchos de sus amigos pensábamos lo mismo, “debería de salir del closet” y nos angustiaba un poco el darnos cuenta cómo debía fingir y tratar de disimular quién era en realidad. Incluso, hasta soportar comentarios odiosos de personas que no sé qué pretendían con sus opiniones fuera de contexto e hirientes, en la mayoría de las veces, a sus espaldas.
Nunca le pregunté algo sobre su sexualidad, por más amigos y cercanos que fuéramos no quise inmiscuirme en su vida privada. Aunque me contaba muchísimas cosas y medio tocábamos en tema por los laditos, quería que fuera él quien decidiera hablarme de ello. Me decía, en algún momento tendrá la valentía de mostrarse al mundo tal cual es, o por lo menos de contarme a mí, ya que él me consideraba su mejor amiga.
Una noche de cervezas, en medio de una ‘crisis existencial’ que llaman, tratando de darme ánimos, en el piso, mientras estaba acostada sobre sus piernas se acercó y me dijo, ¿qué pasa si estás enamorado de un niño? Y le respondí: nada, es amor y eso es lo que importa. Me abrazó y me contó sobre la relación que tenía con un chico y cómo se sentía. Llevaban más de un año, siendo sincera ya sospechaba que salía con alguien, pero repito, quería que fuera él quien me contara así que guardé silencio durante unos meses.
En medio de mi revuelto emocional, estaba tan feliz; después de casi 10 años de amistad, al fin había sido capaz de contarme sobre su orientación sexual, de abrir su corazón y desahogarse. Lo sentí tan tranquilo, ilusionado y enamorado, y aunque solo me contó a mí, logré notar que se había quitado un gran peso de encima, por lo menos ya podría hablar de su vida amorosa con alguien que lo entendiera y no juzgara.
Desde esa madrugada en que me confesó lo que ya sabía, no solo sentí cambio en él, nuestra amistad también lo hizo. Ahora es más abierto, sé muchas cosas sobre su vida, su pasado, presente, sus gustos y todo lo que tenga que ver con la parte sentimental y sexual. Sí, hablamos de todo sin tapujos, tabúes ni pudor; nos damos consejos, halamos las orejas y sobre todo, siempre estamos ahí cuando alguno de los dos necesita algo.
Recuerdo con mucho cariño cuando vino muy contento a decirme que le había contado a su mamá, ¡quedé en shock! me sentía tan alegre. Lo hizo por medio de una carta escrita a mano, la cual había sido redactada hacía varios meses, pero por temor no se la había entregado. Obviamente yo la leí, no pude contener las lágrimas, estaba tan feliz por él. Otro peso menos. Y lo mejor, es que ella lo entendió y le brindo ese apoyo que tal vez muchas veces él pensó que sería negado.
Este proceso es largo y lento, pero sé que va por buen camino, poco a poco a aprendido a ser más seguro y dejar de sentir miedo al qué dirán, ahora veo un hombre nuevo, a alguien mejor, incluso, hasta menos ‘mierdoso’ jajaja no sé si tenga que ver con su ‘salida del closet’, pero me gusta mucho la persona que veo a ahora.
¡Sal del closet, deja el miedo, vive y ama, porque para el amor no hay género!
Comments