Dios las hace y el diablo las junta

Siempre hemos escuchado decir a las personas grandes que los únicos amigos verdaderos que tenemos en la vida son los del colegio, que el resto de personas que pasan por la vida de uno son simplemente pasajeros que van y vienen pero que no dejan una huella supremamente profunda como para ser recordados el resto de la vida.

Yo me atrevo a decir que al llegar a la Universidad mi prioridad no era encontrar súper amigos ni nada por estilo. Tampoco diré que a quienes encontré serán eternos pero lo que si les puedo decir que compartir tiempo con quienes encontré es genial.

Por ahí dice un dicho popular: “Dios las hace y el diablo las junta” la verdad es que no sé si eso aplique del todo para nosotras pero somos cuatro mundos muy distintos que nos complementamos perfectamente.

Diana, Cate, Angy y yo comenzamos a encontrarnos poco a poco a medida que avanzábamos nuestra carrera profesional, cuando nos dimos cuenta andábamos las cuatro juntas y como nosotras decimos “echando chisme” a toda hora.

Siempre hemos tenido temas para conversar, compartir y pues… al principio éramos las solteronas liberadas y luego esa parte fue cambiando un poco; aun así nuestra vida sentimental siempre ha sido el tema central, estemos solas o acompañadas.

Últimamente casi no podemos reunirnos, cada una anda en su cuento aparte pero aun así nos comunicamos frecuentemente. En este momento no puedo decir que ellas serán mis amigas para toda la vida, quizás duren solo un año más, quizás mucho tiempo, eso no lo sabemos, pero mientras tanto lo importante es compartir nuestras experiencias cotidianas.

Estoy segura que en momentos de depresión y estrés ellas serían las primeras y mejores sacándome de ese estado, sus risas, locuras y rarezas tienen propiedades curativas.

También cabe resaltar que en la parte académica siempre formamos equipo, y como todas somos igual de perezosas sacando a Cate, siempre hallábamos la manera de hacer un buen trabajo en el menor tiempo posible, sin necesidad de reunirnos y así… lo sorprendente es que siempre obteníamos las mejores notas.

Indudablemente la Universidad con este cuarteto ha sido una época espectacular, he tenido la posibilidad de disfrutar, reír, burlarme del mundo en compañía, además hay que decir que somos muy inteligentes y a la vez muy diferentes, por tanto también hemos aprendido a convivir en medio de la diferencia, respetarnos y amarnos.