Mi primera vez con el antioqueño
- Yanyi
- 30 abr 2016
- 5 Min. de lectura

Ya estaba muy 'crecidita', tenía 20 años y mis amigos y compañeros de la universidad me molestaban mucho porque siempre que salíamos a tomar algo, yo escogía una gaseosita o juguito y ellos querían que tomara ‘pola’, pero no, no se me antojaba; el día que bebiera iba a ser porque así lo quisiera yo, y no por presión de ellos ni de nadie más.
Bueno pues, todo pasó en un viaje de la ‘U’, era la última noche en Medellín y todos querían despedirse de la ciudad de la eterna primavera con ‘todos los juguetes’ de una manera sana y responsable, todos mis compañeros querían salir a rumbear, pero yo, como cosa rara no quise; así que con mis amigos preferimos quedarnos allí para charlar y tomarnos uno que otro antiqueño.
Recuerdo que estábamos en recepción despidiendo a la gente que se iba de fiesta; un amigo salió y le encargamos media de aguardiente antioqueño. Íbamos a subir a la habitación cuando nos cruzamos con unos chicos, ya los habíamos visto porque estaban hospedados allí antes que nosotros, los teníamos muy presentes porque eran pastusos y yo esos días imitaba su acento, causando enormes carcajadas a mis amigos y compañeros.
Estos chicos se habían hecho amigos de unos de mis compañeros, pero ellos se habían ido de rumba. Los pastusos también decidieron quedarse en el hotel para tomarse unos tragos, notaron nuestras ganas de beber y uno de ellos me dijo que si podíamos hacerlo juntos, o sea, mis amigos y ellos, nosotros no le vimos lío y aceptamos, eran estudiantes de nuestra edad.
Subimos al cuarto, que en sí era una especie de apartaestudio, encendimos un pequeño equipo de sonido que había allí, nos sentamos en la sala, nos presentamos y empezamos a servir el ‘güaro’; entre ellos y nosotros sumábamos 9 personas, así que la primera media se acabó muy rápido, entonces tocó traer una botella.
Pasaba el tiempo y hablábamos de todo y de nada, jugábamos a los datos con una aplicación de celular, poníamos penitencias, como cantar y bailar, lo común; recuerdo que a uno de ellos lo pusimos a bailar el sanjuanero con una amiga, a otro le dijimos que cantara algo de su tierra y cantó La guaneña, en serio, eso muy, muy cómico, incluso para mí era bastante gracioso escucharlos hablar, ese acento me parece muy chistoso, tanto así que trataba de no reírme e intentaba que no se me fuese a salir eso de imitarlos, pues ya tenía uno que otro trago encima y no quería embarrarla.
Pasó el tiempo y otra amiga llegó, ya todos prendidos, pues sólo estábamos sentados bebiendo muy de seguido, un trago tras otro, sólo una de mis amigas no bebió, pues no podía hacerlo, entonces ella sería quien nos ‘cuidaría’.
Eran más o menos las 3:30 de la madrugada, no sé muy bien, mis recuerdos son confusos, hay muchas lagunas, y mi amiga 'cuidandera' se fue y nos dejó ahí, se enojó porque nosotros no nos queríamos ir a dormir; de un momento para otro apareció un amigo de los que se había ido de rumba, estaba muy enojado y borracho, llegó a sacarnos del lugar porque según mi amiga que se había ido, le dijo que esos pastusos nos estaban “manoseando” y prácticamente nos iban a violar; este chico, enfurecido fue a llevarnos a la fuerza, casi se arma una pelea grande porque unos de los pastusos tenía un cuchillo y mi compañero estaba buscando con qué armarse para ‘defenderse’, según él, lo iban a apuñalear, ¡qué susto! Yo no tenía ni idea de lo que pasaba, estaba muy ebria, él como pudo entró al apartamento y me sacó cargada, sólo recuerdo que mis otros tres amigos con los que estábamos bebiendo le decían: -parce, cálmese que no pasa nada- pero parecía que no escuchaba.
Me llevó en sus brazos hasta mi cuarto, me dejo en la cama y yo gateaba para pasarme a la otra, pues esa no era la mía, ya acostada sentí cuando él golpeó la puerta del ascensor, pero en medio de mi borrachera no le di importancia y me dormí.
Debíamos estar a las 6:00 am listos, pues a esa hora saldría el bus, y yo, pues, yo en ¡estado de coma! Nadie me despertaba, mi amiga, -la que no tomó-, me empujaba, me gritaba, me movía, me suplicaba para que me despertara, pero nada, no daba señales de vida; de repente no sé cómo lo hizo pero logró despertarme, me senté en la cama, la miré y caí dormida hacía el otro lado, ella desesperada porque ya eran las 6 y debíamos irnos; de nuevo, levanto cabeza, sentada en la cama ella me quita el pantalón, no se cómo me pone un jean, me busca y me pasa la camiseta de del selección Colombia, ya que ese día era el primer partido que jugaba en mundial, medio dormida voy al baño a lavarme la cara y los dientes, no hubo tiempo para ducharme, estando allí pasan unos minutos y yo no salía, mi amiga preocupada va a golpear en la puerta y resulta que me había quedado dormida.
En el bus, pensaba en el guayabo, pero en ese momento estaba muy bien, no sentía nada, sólo mucho sueño, pero tenía 17 horas para dormir, que es lo que duraba el viaje.
En una parada que hicimos para desayunar/almorzar y ver el partido, empezaron mis compañeros a contarme todo lo que pasó, las pendejadas que decía y hacía, y lo de la 'pelea', mi amigo me decía que lo iba a apuñalear, pero mis otros tres compañeros que estaban conmigo me dijeron que el pastuso fue a la cocina a buscar un cuchillo para destapar una caja de aguardiente y precisamente él fue a abrir la puerta cuando llegó mi amigo por nosotros, todo fue una confusión y por los efectos del trago casi se convierte en una tragedia, falta apuntar que mi amiga exageró con lo que estaba pasando, nadie quería violar a nadie, a ninguna estaban manoseando ni nada parecido, ella lo aceptó así, pero al día siguiente, cuando ya todo había pasado.
Al llegar a mi casa me di cuenta que mi hermosa amiga amablemente empacó mis cosas y por el afán me guardó dos toallas del hotel y cinco “jabones chiquitos”, sin querer queriendo robé al hotel.
Luego de esta experiencia lo único que pude hacer fue reírme, reírme y reírme, pues fue mi primera borrachera y lo mejor , porque quise hacerlo, nadie me obligó ni me presionó, y a pesar de todo lo que pasó, estuvo increíble porque nunca me imaginé que lo iba a hacer tan lejos de mi casa y menos, con el antioqueño.
Comments