La tarea de escribir
- Yanyi
- 7 may 2016
- 2 Min. de lectura

Mi rutina para escribir es muy sencilla, como se dice por ahí: “el buen colombiano siempre deja todo para lo último” y ese es mi caso, siempre espero el último momento para redactar mi escrito; no es por irresponsabilidad o flojera, no tiene nada que ver con eso, lo que pasa es que siento que con presión “trabajo” más, o sea, me fluyen las ideas con más claridad y rapidez.
Siempre sé en qué fecha debo tener mi artículo listo, puede que me digan con un mes de anticipación o una semana, nunca empiezo de una, lo que si hago es pensar en los posibles temas de los que quiero hablar, lo que me interesa, lo que es importante, lo que es actual, en fin, paso varios días con esos posibles temas en mente.
Cuando ya me he decido sobre qué escribir, empiezo analizar cómo plantear el texto, qué enfoque le daré, las posibles fuentes que usaré, cómo contextualizar, cómo iniciar, qué poner en el medio y cómo finalizar mi artículo; todo este proceso lo hago en mi mente, no escribo nada y no, no se me olvida.
Consulto e investigo, ubico fuentes y hago entrevistas, dejo organizada la información que conseguí para que el día en que empiece a escribir tenga todo más claro. Hago la macroestructura del texto, para mí lo primordial es saber cómo empezar y cómo terminar.
Un día antes de entregar mi escrito me pongo en la tarea de redactar, organizo toda información de encontré, y “que empiece el juego”; ya tengo claro cómo empezar, que poner al medio y con qué finalizar, así que eso me hace la tarea más sencilla, sólo debo pensar en el cuerpo del texto y ya.
Es curioso que en ocasiones empiezo a escribir y siento que me estoy alargando mucho, así que debo empezar a acortar ideas, pero hay momentos en los que por cada 10 palabras que escribo borro 9, o por el contrario no se me ocurre nada, y empiezo a descartar cosas, a cambiar o mejorar, a veces puedo llevar más de media cuartilla, pero cuando veo que está mal o no me gusta elimino y vuelvo a empezar.
Ya al final, cuando todo está terminado, cuando creo que ya está listo, no me gusta el resultado -la mayoría de la veces-, siento que le falta algo, que está plano, que no di lo suficiente pero ya no puedo seguir modificando el artículo; en ocasiones se me pasan errores, es obvio, al escribir uno no se da cuenta, por eso siempre le pido a alguien que lea y haga el rol de editor, cuando no lo tengo, pero casi siempre luego de haber presentado el texto o haberlo publicado, cuando ya es demasiado tarde me doy cuenta de que algo quedó mal escroto.
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