Es hora de creerme una profesional

Si me pongo a hacer bien las cuentas de lo que llevo estudiando mi carrera profesional, noto que en realidad me falta menos de un año para recibir mi cartón de profesional, eso sí, si todo sale como se espera. Menos de un año en el que debo dejar de ser la estudiante con derecho a equivocarse porque hay personas encargadas solo de corregir.

¡Qué susto! Reconozco que a veces dudo si en realidad estoy preparada para salir a la vida real, como suelen decirnos algunos docentes en la universidad. En realidad no sé si ya cuento con todas las aptitudes o por lo menos las más necesarias para salir l mundo a defenderme por mí misma. Eso sí que es una situación compleja para mí.

Desde que entramos a la vida de estudiantes profesionales, lo hacemos con muchos sueños y metas por cumplir, entramos con expectativas o sin ellas, que a la medida en que vamos avanzando en nuestra carrera, estas se van aclarando o perdiendo.

Siempre quise ser una periodista, aun quiero serlo, sin embargo, a veces me desanimo, a veces siento que hago bien mi labor y otras veces me cuestiono. A veces siento que desde lo que escribo puedo impactar a la gente o simplemente puede gustar, quizás pase todo lo contrario.

Este es un dilema bastante fuerte, aun así en este momento, estando ad portas de finalizar mi carrera, considero que las expectativas que me quedaron vivas, se han ido construyendo unas nuevas, expectativas que le han dado un nuevo rumbo a mi vida en el nivel de los sueños y las metas.

Ahora que tengo un poco más de conocimiento que hace cuatro años, quiero crecer, quiero aprender, quiero dominar temas, quiero volverme experta, ayudar y demás. Pero sobre todo, quiero seguir especializándome dentro del campo del periodismo, quiero nunca dejar de sentir a la gente, quiero servir de narradora ante las problemáticas públicas que se presentan a diario y que desde nuestra profesión se pueden visibilizar.

Aun quiero construir mi historia de vida para que en algún momento pueda darme el lujo de publicar unos cuantos libros de mi autoría, o por lo menos uno.

Por ahora solo quiero decirles mis queridos lectores, que no dejen de perseguir sus sueños, y que además, no tengan miedo de enfrentarse al mundo. Es normal tener miedo, es normal equivocarse, pero de todo aquello siempre habrá algo nuevo, siempre surgirá un aprendizaje