Cuando algo parece insuperable

Siendo sincera no sé sobre qué escribir, no se me viene nada a la cabeza, sólo tengo espacio para pensar en todo lo que ha pasado en mi vida durante los últimos meses, siento mil y una cosa, pero lastimosamente todas esas sensaciones se alejan bastante de ser buenas, no me siento muy bien.

Nunca pensé en escribir como tal sobre mi estado de ánimo, siempre tuve y tengo bastante claro que este espacio no lo usaría como un diario personal, pero es tal la ‘mamera’, ‘jartera’, tristeza, aburrimiento, decepción y desesperación que tengo, que no sé por qué quiero compartirlo con ustedes, mi objetivo no es contagiarlos de todo esto, no, creo que más bien lo que busco es desahogarme.

No quiero parecer una pobre mártir, ni hacerme la sufrida, de verdad estos días han sido bastante grises, como se dice coloquialmente; y soy consciente que no han sido los primeros ni serán los últimos días que tendré así; estos se empezaron a nublar desde hace un par de meses, pues pasé por una situación bastante dolorosa para mí y desde entonces muchas cosas han cambiado.

He tratado de superar ese perturbador acontecimiento, pero no he podido hacerlo, es bastante ‘berraco’ tratar de no dejarse afectar por algo que te hirió en lo más profundo de tu ser, no sé si tal vez sea muy rencorosa, exagere un poco, sea muy pronto para olvidar o definitivamente es una de las mierdas más mierdas por las que alguien pueda atravesar y por eso duele tanto y sea tan complejo de sobrellevar, aunque estoy segura que es lo último que mencioné.

Dicen que el tiempo lo cura todo, sí, esta frase de cajón la escuchamos muchísimo, pero ¿Qué pasa cuando no tienes tiempo? O ¿Cuándo ya ha pasado tiempo? O ¿Cuándo no quieres dar tiempo? O ¿Cuándo no te dan tiempo? Es lógico que uno quiere salir de ese trance lo más pronto posible, tratas de dar todo para que sea así, pero luchar con los recuerdos es imposible y mientras más tratas de dejarlos atrás pareciera que más se clavan en tu mente y en tu corazón, hasta te creerías un estúpido masoquista, pero lastimosamente no lo haces porque quieres, sólo están ahí sin ganas de querer irse.

¿Por qué será que es más fácil recordar las cosas malas que las buenas? ¿Por qué una cosa mala puede destruir mil buenas? ¿Por qué sólo se necesita una mentira para poner en duda muchas verdades? Tengo muchas preguntas que merodean por mi cabeza, unas que no logro entender ni responder y otras que su respuesta es obvia, no sé cuándo acabaran ni tampoco si encontraré la contestación, sólo quiero que desaparezcan pronto.

Sé perfectamente que esto depende de mí, pero dicen que sólo quién te hizo daño podrá remediarlo, no sé qué tan cierto sea eso, si funcione o por el contrario sea peor, he intentado de todo, eliminando cosas físicas que me hacen recordar, he dejado de hacer cosas que me revivan ese momento, trato de pensar en todo lo bueno y tratar de menospreciar lo que me lastimó, pero no, nada funciona y no sé por qué, a veces pienso que es porque nunca había pasado por una situación similar y por ser la primera vez es que ha sido tan dificultoso para mí. Me considero una persona fuerte y alegre, eso es lo que me caracteriza, pero siento que esto me destrozó bastante, me hizo débil o tal vez sacó a flor de piel esa fragilidad que no conocía, esa mujer que “llora por todo y por nada”, que desconfía, que teme a todo, esa chica insegura y quebradiza.

Sería genial que existiese un manual que diera el paso a paso de cómo superar el dolor emocional o una técnica, o uno de esos aparaticos que usaban en la película “Hombres de negro”, esos que borraban la memoria, aunque sería mucho mejor si uno pudiese escoger cuales recuerdos eliminar y cuales conservar; ya sueno infantil y boba, pero no sé qué hacer, ni sé qué pensar, esperaré que el tiempo pase no tengo otra opción; mientras tanto haré y acudiré a lo que sea necesario para salir de este tan mal escrito capítulo de mi vida.