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Cocinar en pareja

  • Foto del escritor: El Bloh
    El Bloh
  • 19 may 2016
  • 2 Min. de lectura

Nuestros padres y madres siempre nos han dicho que una de las cosas más fundamentales de la vida es aprender a cocinar. Independientemente de que seamos hombres o mujeres, en algún momento tendremos que hacerlo, -- Aunque si somos mujeres con mucha más razón--, sin importar el trabajo que tengamos, la profesión en la que nos estemos desempeñando o la cantidad de estudios que hayamos realizado a lo largo de nuestras vidas. ¡Siempre tendremos que cocinar!

Yo le he hecho caso omiso a lo que siempre nos han dicho, en realidad no soy para nada una buena cocinera, siempre he dicho que se me quema hasta el agua – esto no es del todo cierto--, pero la verdad es que la cocina no se me da muy bien.

Desde que estaba más joven y comenzaba a preparar mis primeros platos, o más bien desde que mi mamá me ponía a cocinar cuando ella no podía, mis hermanos siempre me reprochaban. Ellos decían -- ¿mami, hoy cocinó usted?; Según lo rico que estuviera el plato así mismo era hecho por mi mamá y según lo menos rico, así mismo me atribuían los créditos a mí.


Con las pocas veces que he ido cocinando después de estos acontecimientos logré mejorar un poco la técnica. Pero aunque me quede muy rico, considero que no es una de mis pasiones, por eso es que no le meto alma, vida y corazón cuando preparo algo.


Aunque ustedes saben que toda regla tiene sus excepciones y últimamente me he aventurado a probar algo nuevo, y eso es ser asistente de cocina. ¿Qué significa esto?, que cocino en conjunto con mi pareja. Desde hace algún tiempo hemos probado hacer algunas cosas juntos, cosas sencillas pero muy interesantes y deliciosas; primero nos aventuramos con los perros calientes o ‘hot dogs’, ustedes pensarán ¡qué cosa tan fácil!, puede que sí, solo sé que a mí sola nunca me habrían quedado así de ricos.


Nuestra segunda prueba fue con homelets, en realidad nunca los había probado y resultó algo muy rico, llenador pero delicioso – siempre fui la ayudante--, luego probamos hacer unas hamburguesas que quedaron para chuparse los dedos, y finalmente decidimos pasar a un nivel un poco más elevado, este consistía en preparar pasta con salsa boloñesa y el resultado que obtuvimos fue algo espectacular.


Esas han sido todas mis experiencias de cocina en pareja, en adición a esto también hemos preparado postres un par de veces, los resultados siempre han sido geniales y eso es por el amor que le pongo cada que vez que cocinamos. Ahí está el secreto, no es suficiente tener todos los ingredientes, sino ponerles esa chispa que da la pasión.


Considero que sigo siendo mala cocinera, pero por lo menos ahora me animo a probar otro tipo de cosas y a correr el riesgo de lo que se queme sea algo diferente.

Quiero invitarlos a que se atrevan a hacer eso que nunca han hecho por miedo a que les quede mal, puede que efectivamente les salga así, pero también puede suceder lo contrario, y eso es que salga un resultado que los deje sorprendidos de las habilidades que tenían escondidas.


¡Feliz resto de día para todos!




 
 
 

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