La nueva Mar

Antes de comenzar a escribir sobre Mar, debo decir dos cosas: primero, que me place enormemente el tener que hacerlo y, segundo, que han pasado más de dos años desde la última vez que la vi personalmente.

La conocí hace seis años cuando éramos unas polluelas y estábamos comenzando la universidad. Ella, es y sigue siendo una mujer alta, mona, de cabello rubio y muy largo. Cuqui y perteneciente a las élites más élites del bello municipio de La Plata. Estas son de las cosas que se mantienen en ella. Sin embargo, siento que hay un antes y un después en esta mona guapetona que corresponde a cuando estaba en Colombia y posteriormente, cuando decidió volar a los “Yunais” en busca de sabrá ella qué cosas.

Antes soñaba con ser una periodista deportiva y quizá hasta con casarse con alguno de esos jugadores famosos de la televisión. Pero naa, no se le dió. El amor y la profesión que estudió la golpearon contra la realidad del país y ¡pum! se fue. Ahora, la lectura que puedo hacer de ella, es con base a las conversaciones que tenemos eventualmente y sus mil fotografías en redes sociales. Ahora creo que existe una nueva versión de Mar.

En estos dos años creo que ha viajado más que en toda su vida, ha conocido mil lugares, playas, la nieve, montañas, lagos, ríos, ciudades, cascadas, amaneceres, atardeceres, luces, carros, entre mil otros. Ahora la leo más libre, más decidida y sobre todo, más amadora de sí misma. Admiro enormemente la decisión que ha tomado de seguir sus sueños, de no limitarlos, de tener alas grandes de planeo y vuelo. Hoy -seguramente - si se apareciera ese chico famoso futbolista, lo ignoraría. Ahora su sueño es ser ella, y amo que así sea. Hoy solo quiero decirle una cosa: !que el mundo sea su hogar¡