Carta abierta a mi Ex

Waoh.. no creí que algún día me atrevería a hacerla pública, pero aquí vamos, con un título tan sugestivo que estoy segura que ya estas deseando llegar al punto final de estas líneas. Pues sí, hoy he decidido escribirle esta carta a mi ex:

Han pasado algunos meses desde el último día que hablamos y por primera vez, en mucho tiempo, me siento completamente tranquila. No como en otros momentos, que intentaba convencerme a mí misma que estaba bien y te había superado, pero en el fondo sabía que aun me dolía hablar de nuestra historia.

Hoy es diferente. Y aunque tú siempre vas a ser un tema difícil para mí, "ya no me duele pronunciar tu nombre ya no recuerdo lo que es sentir tu amor" porque el tiempo ha pasado y me ha curado. Y porque como muchas veces lo hablamos: todo, absolutamente todo sucede de la manera en que tiene que ser.

Aunque las llamadas después de nuestro rompimiento, empezaban con temas de amistad, como dos amigos que simplemente se quieren poner al corriente de lo que ha pasado y está pasando en la vida del otro, al final siempre terminábamos hablando del por qué nuestra relación finalizó y culpándonos mutuamente por todo lo sucedido. Pasamos horas e incluso días, repitiendo una y otra vez las historias y tratando de hacernos entender los motivos de nuestros actos, pero al final era inútil porque a ti solo te interesaba demostrar que estabas “arrepentido” y que te habías equivocado pero sin dejar de lado tu orgullo. Yo, solo quería la verdad. Pero tener la verdad contigo siempre fue imposible. Así que ahí estábamos nuevamente discutiendo por algo que ya no tenía sentido.

Después de mucho tiempo entendí, que no tenía ninguna lógica y nunca la iba a tener. Y es que no te voy a negar que después de haber terminado contigo, conservé la esperanza de volver a intentarlo. Porque a pesar de saber que me hubieras lastimado tanto, dejarte de querer me resultó demasiado complicado y parece inexplicable, ¡lo sé! .pero luego, luego hablamos y ahí estabas tú, con tus motivos evidentes demostrando que haberme alejado de ti, fue lo mejor que pude haber hecho por mi.

Aun cuando ya estabas con alguien más, insistías en buscarme. Hace 6 meses fue la última vez que te escuché, y por enésima vez me decías que me amabas y que dejarías todo por volver conmigo si yo así lo quería. ¿qué si así yo lo quería? ¿en serio? ¿cómo fue posible que me dijeras que si yo quería tú lo harías? es decir, mientras yo dijera que sí, tu lo ibas a hacer, de lo contrario seguirías con la otra persona como si nunca hubiera pasado nada. Pero claro, al final nada me extrañó, ya estaba más que acostumbrada a tu cinismo. Ya conocía tus trucos y comprendía que nunca te ha importado estar con alguien de verdad, lo único que no quieres es estar solo, porque no tienes ni idea de cómo lidiar contigo mismo y por eso vas por la vida dañando personas sin importarte un carajo lo que pueda pasar.

Debo reconocer que la primera vez que hablamos y me dijiste eso, sentí una alegría inmensa en mi corazón, al oír ingenuamente lo que decías. Pero luego, hice exactamente lo que me enseñaste, no me dejé llevar por mis sentimientos y emociones. Pensé más allá de lo que estaba pasando, y entonces entendí que para ti no hay nadie tan importante como tú.

Que para ti, nadie podría llegar a significar nunca nada. Y de verdad, eso está bien. Porque esa es tu manera de ser, esa que tanto me irritaba. Pero eso está bien, te juro que está bien.

Con los años he aprendido que no importa como sean los demás, que cada quien es feliz a su manera. Cada persona es un mundo diferente. Que lo más sensato es alejarse de aquellas personas que no te hacen sentir bien. Por eso he aprendido también a respetar las diferencias y a no pasar nunca por encima de la felicidad de alguien solo para satisfacer lo que quiero. Y eso, todo eso, gracias a ti. Porque para ti, tu balanza siempre pesó más y entre los dos tu siempre fuiste el más veloz.

Pienso que hablar de esto no tiene ningún sentido, porque ya pasó y más que nunca estoy convencida que jamás volvería a tener algo con alguien como tú. Alguien que solo sembró miedos, inseguridades, celos, irrespeto y mentiras en mi. Alguien que fue capaz de aprovechar mis más mínimas debilidades para engrandecer su ego y al final hacerme sentir siempre culpable de todo lo que no funcionaba.

Considero debí ser más fuerte. Debí haber mostrado más carácter ante todo lo que vivimos, pero también sé que la vida es la mejor maestra y que sin errores no podríamos aprender para lo que nos depara el futuro, pero si yo pudiera elegir entre haber vivido y no la relación que tuve contigo, sin duda alguna diría que no. Y sé perfectamente que está bien estar mal, que las relaciones no son perfectas y que solo de los errores se aprende. Todo eso lo sé, pero si yo pudiera elegir otra persona para haber vivido esa historia, lo haría y tal vez cometería exactamente los mismo errores que cometí contigo, quizá sufría igual o más de lo que lo hice contigo, pero simplemente me aseguraría de que no me faltara al respeto de la manera en que tu lo hiciste conmigo.

Es fácil hablar de esto y hacer suposiciones ahora que todo pasó, pero también como muchas veces dijimos “el hubiera no existe” y eso lastimosamente o grandiosamente es cierto. Y por eso, ni tú, ni yo, ni nadie pueden cambiar lo que pasó. Tu me enseñaste a salvarme sola, a levantarme de la tristeza más profunda por mi y para mí misma. Me enseñaste, sin darte cuenta a no volver a ti bajo ninguna circunstancia. Por eso, ahora que me buscas y tratas de convencerme que has cambiado, sé reconocer claramente tus intenciones. Tu eres la muestra viva de lo que no quiero tener jamás en mi vida. Fuiste mi mejor maestro para no caer en las trampas de hombres que como tú, les falta mucho para ser llamados hombres.

Pero al final también sé que nadie se cruza en nuestras vidas por casualidad y cada momento vivido contigo me enseñó algo que sin eso no sería la mujer decidida que soy hoy, y aunque me dolió y hubo días en los que me sentía morir, hoy miro al pasado, veo nuestra historia y me hace feliz saber que aprendí una lección y estoy lista para continuar.